sábado, 19 de abril de 2014

De la memoria y los mapas de Gabo


Se nos ha ido Gabo. Supongo que lo sabréis porque los telediarios se han ocupado de contárnoslo. No parecía que estuviera tan mal cuando salió en el día de su cumpleaños para que le cantaran las mañanitas los periodistas, pero la vida es así, va y viene un soplo. Hubo una época durante la cual la noticia de su muerte apareció varias veces, y no fue hasta que su hermano dio testimonio del Alzheimer que padecía que los rumores desaparecieron. Fue paradójico que su memoria se estuviera borrando cuando él se ocupó de recordarnos que la Vida no es sino una memoria recreada al contarla. La vida no es lo que vivimos, sino lo que recordamos, y le podemos poner la magia que queramos (os recomiendo ver 'Big Fish' de Tim Burton para explorar un poco más este tema que a mí me apasiona). Es curioso llegar a comprender que las experiencias que tenemos pueden ser reconducidas con una narración, y que, de contarla repetidas veces, esa narración llega a convertirse en nuestra propia vida.

Tremendo macabro giro del destino cuando Gabo era una pluma que recreaba mundos vividos y nos los ofrecía para recorrerlos, como quien desplega un mapa de una región desconocida y guía al viajero. Prefiero imaginar ahora a Gabo, arrastrando sus pies cansados, con el traje marrón clarito con el que salió en su última aparición pública, y siendo recibido por todo el clan de los Buendía en Macondo. Allí le están recibiendo con una gran fiesta, alegres por la llegada del patriarca. Le han procurado una habitación pequeña pero ordenada, con un escritorio apoyado bajo una ventana que da a las montañas. Gabo no tardará en recuperar fuerzas y se pondrá a teclear, inclinado sobre la vieja máquina de escribir que llevaba de pueblo en pueblo en su juventud. Les contará historias de un país imaginado, de Colombia, y los Buendía las devorarán como nosotros hicimos con sus andanzas. Si alguien quiere encontrar a Gabo, que abra 'Cien años de Soledad' y se pierda en ese Macondo que todos podemos poblar. Gracias por tus mapas, Gabo, los seguiremos viajando.


                                             


Imagen cortesía de G.R. Inout www.freedigitalphotos.net




1 comentario:

  1. Hay personas que dibujaron los mapas vitales que habitamos. Yo todavía recorro algunos de Sampedro que me regalaron (hechos mapa en cartulina) hace más de una década... y es que lo que Gabo se olvidó en su cita sobre la vida y la memoria es que vida también es la estela que uno deja en la memoria ajena, bien sea en forma de anécdota, de obra, de instantánea vital o de emoción...
    Gracias Raquel por mostrarnos las esquinas de tus palabras...

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